
Es imprescindible a la hora de trabajar con trufa negra fresca conocer las peculiaridades de sus virtudes.
Su aroma y sabor alcanza su plenitud en fresco y dura, como máximo 15 días tras ser recolectada, por lo que su consumo ideal es en fresco evitando congelarla.
CÓMO DEBEMOS CONSERVARLAS
El mejor método de conservación para la trufa negra fresca en cuanto las adquirimos es retirarlas del envase y envolverlas en un papel de cocina absorbente.
Introducir la trufa en un tarro de cristal que sea hermético y cambiar el papel de cocina diariamente hasta su consumo.
NUESTRAS RECOMENDACIONES
Cuando hablamos de trufa negra fresca , tenemos que tener en cuenta que no es un ingrediente más de nuestra receta, sino que es el ingrediente que hará de nuestro plato uno mucho más especial.
Por lo tanto tenemos que intentar sacarle el máximo partido, pero, ¿Como lo logramos?
Aunque suene un poco complicado, es muy sencillo con las siguientes recomendaciones:
- Lo primero es tener en cuenta que es un alimento con un gran sabor, por lo que no necesita participar en grandes elaboraciones.
- La combinación ideal de la trufa es tendente a los alimentos alcalinos, mientras que con alimentos ácidos no suele combinar adecuadamente.
- Otro truco muy bueno es meter en el tarro de cristal en el que se encuentran las trufas unos huevos frescos, estos al tener una cáscara con permeabilidad permiten que el aroma de la trufa les inunde y tener el sabor de la trufa, sin haber consumido nada de la trufa.
- Por último, tenemos que saber que la trufa si que se puede congelar, pero recomendamos usarla en fresco. Una vez congelada , debemos rallarla en este estado y no debemos dejarla descongelar.

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